Mucho (muuuuuuuucho) se ha hablado y se hablará de Obama y de sus efectos en el uso de los Social Media en la política. Es cierto, él es genial. Pero debe tenerse en cuenta que se dejó también muuuuuuuuuucha pasta en el tema (nada de “quiero una campaña como Obama, pero que no salga muy cara”) y que tenía un equipo estupendo y gigantesco a su alrededor. Y, sobre todo, hipermotivados.

He aquí el ejemplo de una campaña que no tuvo mucha repercusión fuera de Estados Unidos pero que nos da una idea de la cantidad de trabajo hipersegmentado que realizaron. Sarah Silverman, una joven humorista judía ya conocida por su humor racial, hace una campaña para que todos los jóvenes judíos viajen a Florida para que convenzan a sus familiares mayores para que voten a Obama.

Más de 24.000 personas se apuntaron a la iniciativa, logró mucho impacto en los medios y al final, mejoró los resultados entre la comunidad judía de Florida en 4 puntos porcentuales.

Pero claro, para eso no vale cualquier candidato… 😉