Amancio Ortega no se retira, sólo deja la presidencia de Inditex (grupo propietario de Zara, Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho…). De hecho, no la deja “ya”. Sólo anuncia que ha propuesto a Pablo Isla para ocupar la presidencia, que actualmente ocupa él, :).

¿Por qué?

Edificio de Zara en Tokyo

Lo más fácil es decir que por su edad. Amancio Ortega cumplirá 75 años el 28 de marzo de 2011. A pesar de dar un gran ejemplo para los planes de reforma de las pensiones del Gobierno, le empezaba a tocar dar nuevos pasos en un proceso sucesorio que por otra parte no es nuevo y era evidente y anunciado hacia Pablo Isla, actualmente vicepresidente y consejero delegado.

Para mí, este anuncio de retirada hay que entenderlo como un nuevo y brillante gesto de sentido común.

El sentido común es la gran clave en toda su trayectoria profesional. Este sentido común que duele porque después de verlo aplicado parece evidente. Pero es el menos común de los sentidos. Amancio Ortega, este empresario hecho a sí mismo, lo logró todo en base a cosas tan lógicas que, a la postre, pueden llegar a desesperar por evidentes. Aunque, he ahí la paradoja, quizá sean irrepetibles.

¿Primera? Trabajo, trabajo y más trabajo. Fundó su imperio en base a trabajo, ahorro, inversión con riesgo y mucho más trabajo, reinversión con aún más trabajo.

¿Segunda? Esta ya mucho más brillante: saber rodearse de gente que sabía más que él. No se obsesionó con hacerlo el todo y bien, sino que se rodeó de un equipo de alto nivel. Él creo una cultura de empresa ganadora y, lo más difícil de todo, un equipo de alto rendimiento que puede seguir incluso sin él.

¿Tercera? Lograr profesionalizar una empresa familiar en su primera generación. El problema de siempre de las empresas familiares es que el creador las hace crecer, el hijo las mantiene más o menos y el nieto las entierra (grosso modo, jeje). Él no se ha dejado llevar. No dudó en entrar en Bolsa, con el mayor control que eso conlleva. No dudó en ofrecer poder a los profesionales a su alrededor, a pesar de no ser familiares (¡habrase visto!).

[Actualización 11/01/11: Me han recordado, y tienen razón, que falta una clave de éxito más: el hacer trabajar a sus empleados como negros rozando muchas veces la explotación. Quién no recuerda los talleres de costureras por Galicia, quién no sabe de empleadas o empleados de Inditex que trabajan a un ritmo infernal. Es justo tenerlo también en cuenta.]

Amancio Ortega sigue siendo dueño de aproximadamente el 60% de Inditex. Se mantendrá mientras quiera (y por ahora, quiere) en su Consejo de Administración y decidiendo aquello que desee sobre su empresa como lo ha venido haciendo hasta ahora. Habrá que estar atentos a si con este nuevo tiempo libre le da por seguir emprendiendo nuevos proyectos empresariales (que no me extrañaría, al menos con sus sociedades de inversión) o si empieza a hacer altruismo a lo Bill Gates o mismamente como ha venido haciendo su ex exposa, Rosalía Mera, desde que se divorciaron.

¿Para Inditex? La primera reacción fue subir en Bolsa, dejando más que claro que se premia el buen hacer de su transición tranquila y con criterios profesionales. La gran fortuna de Inditex es que lleva en la sangre el ADN ganador de Amancio Ortega, y precisamente porque está en su ADN no es imprescindible que el original esté continuamente presente para que la vida siga fluyendo, el espectáculo continúe.

Una gran lección de liderazgo.

Imagen | Alberto García